
Cuál fue el sueño que hizo que C. A. GUTZ escribiera...?
Era de noche y estaba muy oscuro. Me encontraba a un lado del lago de un pantano recargado en la roca de un enorme castillo. Estiré la mano y sentí el frío de la roca. En eso, escuché la voz de un anciano que me decía:
—Con la mano del anillo liberas al dragón, con la mano del anillo liberas al dragón, sólo toca la roca y así será.
En ese momento mi sueño se desvaneció, observe mi mano izquierda y tenía un anillo en forma de hexágono con una estrella de cinco puntas, en cada punta una gema de diferente color y en el centro, la cara labrada de un dragón. Inmediatamente, aparecí agachado en la cima del castillo, asomé la cabeza y alcancé a observar que había varios guardias haciendo sus rondines. Rápidamente comencé a recorrerlo procurando no ser visto. En eso, recordé la voz del anciano que me dijo:
—Con la mano del anillo liberas al dragón, con la mano del anillo liberas al dragón, sólo toca la roca y así será.
En cosa de segundos, reaccioné y pensé que quizá el Dragón de Piedra estaba ahí debido a lo que había escuchado. Seguí mi camino escondiéndome y avanzando lentamente, asomándome a varios rincones y tocando con la mano del anillo las rocas por las que pasaba, pero sin tener ningún resultado favorable. Continué avanzando y observé a lo lejos una roca que sobresalía y que daba a la parte exterior del castillo, estaba algo retirada. En ese lugar había más guardias, distinguí que ahí se encontraban las escaleras centrales del castillo.
Después de esperar un rato para poder acercarme, noté que varios guardias platicaban y algunos de ellos se retiraron por las escaleras quedando únicamente dos. Al parecer, comenzaban a realizar turnos para descansar y no dejar desprotegido el castillo.
Esperé para que los guardias se alejaran. Cuando faltaba poco para que terminara la noche, corrí rápidamente en una oportunidad que vi y subí rápido a la roca que sobresalía. La toqué con la mano izquierda donde llevaba el anillo. Al hacer eso, como por arte de magia, un enorme Dragón Gris se convirtió en carne y hueso y salí disparado encima de él.
Sintiendo solamente su velocidad y con mis manos agarradas de su enorme cuello, comencé a volar montado en él. Esto me resultaba demasiado incómodo, ya que el dragón viajaba hacia todos lados dando vueltas, giros y agitándose fuertemente intentando derribarme, sin embargo, no podía tirarme. Mientras yo me encontraba arriba, asombrado, con algo de miedo y preocupado por no caerme, pensé que quizá no era el Dragón de Piedra o el Dragón Gris. No entendía por qué hacía eso, yo lo había liberado y debía de obedecerme; él continuaba agitándose y lanzando fuego por el hocico. Me costaba mucho trabajo respirar por la velocidad en la que iba, cuando de pronto, escuché nuevamente esa voz que me acompañó diciéndome:
—Tú dominas el dragón, relájate, concéntrate, elimina tu miedo y domínalo. Recuerda, si tú estás tranquilo, el también lo va a estar.
Y así como escuché la voz, me armé de valor y empecé a hacer lo que me dijo. El dragón se fue tranquilizando y comenzó a viajar más despacio. Yo le decía qué hacer con sólo pensarlo, me sentía ya más tranquilo con el dragón dominado. Viajando para todos lados y sintiendo en mi rostro el aire frío que me golpeaba, ahora sí podía observar el cielo que estaba lleno de estrellas, además, podía observar el pantano, el bosque y el castillo del que había salido.
El dragón hizo un movimiento de acomodo e inició un viaje a mucha velocidad, yo no entendía qué pasaba y, en ese momento, mi sueño se desvaneció nuevamente y cuando regreso, aparecí cerca de un bosque encima del dragón donde aterrizamos en medio de un grupo de árboles.

EL ANILLO QUE SOÑÓ
C. A . GUTZ